Después de haber vivido momentos de angustia al no lograr que mi bebé se prendiera de manera adecuada a mi pecho, de sentir que te rechaza, o que le va a pasar algo si no come adecuadamente… poco a poco, vas tomando confianza en el proceso y en su capacidad de auto regularse. Dejas de preocuparte, va pasando el tiempo y empiezan a introducirse alimentos complementarios a la dieta de leche materna. El bebé se va haciendo más grande y aprende a manifestar de manera más contundente sus deseos, por lo que no queda duda de cuándo quiere ser amamantado. Su succión se hace más fuerte y precisa… y cuando vas al médico observas que está aumentando adecuadamente. Yo particularmente, he encontrado muy útil dejarme guiar mas por las señales que me da mi hijo que por el reloj, el reloj es una guía, pero no tiene la última palabra.
No sé cuál es la experiencia de las demás mamás, pero mi experiencia, al menos con este bebé me dice que lo más importante es mantener la confianza y la calma, PACIENCIA, todo se va dando, así el proceso es mucho menos frustrante y altamente gratificante. Disfruta ese rato a solas con tu hijo, abrázalo, míralo. Por lo general, los niños mas grandecitos, (a los 4 o 5 meses) suelen estar más alerta al mundo, así que lo único que le recomendaría a una mamá a la hora de amamantar a su bebé, es que trate de ubicarse en un espacio tranquilo, con la menor cantidad de distracciones a la vista, para que el bebé se concentre en comer… el resto, se da solo y es muy nutritivo, tanto física como afectivamente para ambos.
Durante mi embarazo, me ocurrió algo que en todos los libros y lecturas que hice en Internet, decía ser natural... yo que siempre he sufrido de frío y que me caracterizo por ser friolenta, sentía un agradable calorcito que persistía aún en aire acondicionado. Los libros dicen que es por las hormonas y todos los cambios que se dan en el cuerpo femenino; yo tengo una explicación mas romántica. Bebé y mamá comparten un estrecho abrazo durante 9 meses y eso les da calorcito a ambos. La lactancia es, una manera de rememorar esa dulce etapa de nuestra vida y para el bebé también es un poco volver a la tranquilidad, calor y seguridad del vientre materno.
